El pasado sabado 26 de mayo en el Budokan de Tokio se llevo a cabo la 50 edición del All Japan Aikido Demosnstration, aquí algunos de los videos de los Sensei que participaron.
Por ahora les dejo estos para que vallan viendo, ya pondre mas!!
El pasado sabado 26 de mayo en el Budokan de Tokio se llevo a cabo la 50 edición del All Japan Aikido Demosnstration, aquí algunos de los videos de los Sensei que participaron.
クオン | いま何時ですか? | ¿Qué hora es? |
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Cuong | IMA, NANJI DESU KA? | |
山田 | 4時15分です。 | Son las cuatro y quince. |
Yamada | YOJI-JÛGOFUN DESU. | |
クオン | 会議は何時に終わりますか? | ¿A qué hora terminará la reunión? |
Cuong | KAIGI WA NANJI NI OWARIMASU KA? | |
山田 | 5時ごろですよ。 | Alrededor de las cinco. |
Yamada | GOJI GORO DESU YO. |
Hola a todos!, en esta entrada les traigo algunas fotos del Primer Koshukai que se realizo en Gran Canaria, he de decir que por mi parte y creo que hablo en nombre de todos quedamos muy contentos por todo lo que pudimos aprender y compartir en este evento,donde cada uno de los maestros que dimos clases intentamos transmitir algo en particular, y creo que lo logramos.
El Kosukai se realizo en Las Palmas de Gran Canaria, mas precisamente en el Dojo ubicado en el Gimnasio Aythami Ruano, comenzamos puntualmente a las 14:30hs., donde el Sensei Daniel De Camara (Aikikai) hizo una entrada en calor para luego comenzar con técnicas de Tanto Dori (desarmes contra cuchillo), donde vimos detalles interesantes en desarmes y en ejercicios de "sensaciones" con relación a los ataques con cuchillo.
T. K. Chiba, 8º dan
Shihan
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El mundo del Aikido ha sufrido otra enorme perdida con la muerte de Morihiro Saito Shihan, quien falleció el 13 de Mayo de 2002. Fue uno de los discípulos de Morihei Ueshiba más antiguos y que durante más tiempo lo siguió, y fue el encargado del Santuario Aiki en Iwama, Prefectura de Ibaraki en Japón. Su relevante influencia puede verse directa e indirectamente en casi cualquier parte del globo.
El a menudo llamó
a su arte "Aikido tradicional," indiscutiblemente su arte era
portador del peso de la transmisión directa de O-Sensei tanto en
su esencia como desde la perspectiva histórica.
He sido muy afortunado al haber tenido la oportunidad de aprender el arte de la mano de Saito Sensei tanto en los tiempos en que me convertí en uchideshi en el Dojo de Iwama a finales de los años 50, como cuando nos enseñaba en el Hombu Dojo, un domingo al mes, a principios de los 60.
Todavía
puedo oír el sonido de sus pasos aproximándose al dojo desde
su casa en Iwama, que no distaba ni 50 metros, a primera hora del día
para la clase de la mañana. Cuando el característico sonido
de los geta (calzado de madera) resonaba por todo el gélido bosque
de pinos, era conscientemente de que tenía que despertarme pensando,
"Aquí viene". No sólo tenía que estar preparado
para el entrenamiento en el tatami, también estar seguro de que
todo se había hecho exactamente como debía ser hecho. Ni
una sola cosa, ni la más minúscula, podía ser pasada
por alto o descuidada ni siquiera una sola vez.
En Iwama, salvo
que coincidiese con su turno de trabajo (trabajaba para la Compañía
Nacional de Ferrocarriles), Saito Sensei tenía a su cargo la clase
de primeras horas de la mañana y la de la tarde. De vez en cuando
O-Sensei también impartía la clase de la tarde o venía
a ver la clase. Se sentaba frente a la kamiza con los ojos de un águila,
sin decir nada, completamente inmóvil, mientras Saito Sensei dirigía
la clase. O-Sensei a menudo resaltaba la importancia del katai-keiko,
que en Japonés quiere decir ser duro, vigoroso, lleno de fuerza.
El entrenamiento
y la atmósfera en Iwama no sólo eran diferentes de lo que
yo había experimentado en el Hombu Dojo sino además totalmente
opuestos, debido a que el entrenamiento del Hombu buscaba sobre todo el
flujo del ki, lo que naturalmente me producía confusión
al principio.
Gran parte del
los miembros del Iwama Dojo eran granjeros locales, duros trabajadores
que pasaban todo el día en los campos. Eran de fuerte constitución
y gran fuerza física, combinada con el típico carácter
local conocido como "Mito kishitsu," un tipo de valor cercano
a la gallardía. En suma, era una cultura bastante diferente a la
del Hombu Dojo en Tokyo, donde, como capital de Japón, sus miembros
eran ejecutivos, intelectuales, hombres de negocios, políticos
y estudiantes universitarios.
Cualquiera
que viniese a visitar el dojo de Iwama desde el Hombu debía parecer
pálido y débil para los practicantes de Iwama. De hecho,
los estudiantes de Iwama nos trataban a los del Hombu como tales y practicaban
con nosotros con gran vigor. Era cuestión de supervivencia para
los del Hombu Dojo, incluyendo a los uchideshi como yo. Y Saito Sensei
estaba en lo alto de aquella montaña que teníamos que escalar
con todas nuestras fuerzas.
Naturalmente, Iwama no era un sitio muy popular para los uchideshi del Hombu, no sólo debido a los retos con los que se iban a encontrar allí, también por las diarias e intensas obligaciones que tenían como uchideshis. Eso incluía el trabajo en la granja, el cuidado del dojo y del santuario, y la parte más difícil, cuidar de la anciana pareja, O-Sensei y su mujer, lo que resultaba simplemente insoportable para la mayoría de los chicos de ciudad acostumbrados al clamor y lujo de la vida urbana.
En ocasiones, O-Sensei
también daba clase durante el día en el bosque que rodea
al dojo. El entrenamiento consistía, sobre todo, en un enérgico
trabajo de yokogi-uchi individual o con compañero. Tradicionalmente
este es un sistema de entrenamiento famoso de la Escuela Jigen en Kagoshima,
en el sur de Japón, en el cual el practicante golpea continuamente
haces de ramas recién cortadas depositadas sobre una base de madera.
La primera vez que probé este entrenamiento, al cabo de diez minutos
había perdido la piel de las manos y comencé a sangrar.
Saito Sensei parecía siempre consciente de la presencia de O-Sensei, estuviese éste físicamente o no en Iwama. Saito Sensei no hacía diferencias en su manera de enseñar, pero era siempre fiel a los fundamentos del katai-keiko. Recuerdo muy bien una exhibición que llevó a cabo con otros shihan frente a O-Sensei con ocasión de la Celebración del Año Nuevo en el Hombu Dojo. El solamente hizo katadori ikkyo tan sencillamente como solía hacerlo en sus clases, conocía bien el peligro de hacer cualquier otra cosa frente a O-Sensei. Soy muy consciente de la gran contribución y el servicio que Saito Sensei ha rendido al mundo del Aikido. Personalmente, creo que fue, no sólo uno de los más grandes profesores de Aikido, sino que además prestó un gran servicio a O-Sensei y su esposa en sus últimos años que obviamente nació de un profundo respeto y lealtad hacia su profesor.
A menudo me pregunto
si yo hubiese tenido su misma fuerza de voluntad, comprometiéndome
a tal grado de sacrificio personal y tal cantidad de trabajo, que incluso
los miembros de la familia podrían haber dudado.
Cualquiera que conociese el carácter de O-Sensei y su mujer, sabe que no era una tarea fácil. Sus valores de vida eran muy diferentes a los del Japón moderno. Cuando miro atrás, no puedo sino imaginar que debía haber algo más allá del respeto y la lealtad que Saito Sensei sentía por su Maestro. Sólo puedo pensar que era algo parecido a una estética con la que se educó, que guardó en su corazón y murió con él. Lo veo como un bello ejemplo de la personificación de la esencia del guerrero.
Igual que cambian
las generaciones, la historia personal de Saito Sensei ira siendo olvidada
e ignorada, oculta por la historia oficial del Aikido. Esta es una parte
muy privada de la historia del Aikido - su virtud, junto con el sacrificio
de su familia - merece reconocimiento, respeto y gratitud y debe ser recordada
por las generaciones que vengan. Habiendo sido testigo de este episodio
de la historia con mis propios ojos, creo que es parte de mi responsabilidad
escribir una nota como esta.
Esta es la elegía
que quería ofrecer a Saito Sensei, en su honor. Y rezo, con mis
más profundos votos, por su eterno descanso.
Gassho. |