miércoles, 1 de diciembre de 2010

Aspecto mental y espiritual de la enseñanza

Progresar conjuntamente
Algunos practican de forma asidua pero se niegan a practicar con los principiantes o con los que ellos consideran "malos". Incluso si progresan técnicamente, su técnica seguirá siendo una técnica prisionera de la técnica. No olvidemos que el Aikido no es sólo la vía de la unidad cuerpo-espíritu sino que es, sobre todo, la vía de la unidad. Si el espíritu es detenido en su progresión, todo se detiene. El espíritu que rechaza a los demás, el espíritu que no sabe aceptar a los demás, al espíritu al que le basta que sólo él progrese, ese espíritu que lleva todo al estrecho dominio del ego, no se puede abrir al estado de unión con el universo. Aite existe, luego la práctica es posible. La práctica existe, luego el progreso es posible. Cuando hay aite, la emulación recíproca provoca que unos y otros progresen y compartan su alegría.
Con el corazón agradecido
Para ayudar a un practicante menos avanzado hace falta mucha paciencia y mucho amor. para entender las causas que ponen trabas a este practicante menos avanzado, es indispensable impulsar las propias investigaciones siempre hacia adelante.
No hay que aferrarse a la fuerza
En el mundo del bujutsu, donde uno se aferra a la eficacia de una técnica y  a la potencia de su ejecución, es aún mas importante la fuerza que permite superar este estado. La práctica del Aikido no debe reducirse a querer hacerse fuerte en el sentido de lastimar al compañero o de negarse a perder. En Aikido, la potencia es una consecuencia de la aplicación del principio del universo. Quien, independientemente de lo fuerte que sea, se aparta de este principio, no conocerá la victoria. El Aikido es un método que estudio a la acción del principio del universo. No hay que dedicarse a nada que pueda impedir este estudio.
Superarse a sí mismo
Hay que vencer en uno mismo el espíritu de la ira, el espíritu de la pereza, el espíritu del miedo, etc. ¡El mayor peligro es el orgullo! No debemos olvidar que, en el instante en que surge la idea de que nuestra técnica es buena, acabará todo progreso. En el fluir constante del mundo, pararse un solo instante es llegar con un retraso imposible de recuperar.

Fuente: Aikido etiqueta y transmisión. Tamura Nobuyoshi

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