miércoles, 13 de octubre de 2010

Donde falte la moralidad del arte marcial, no existe arte marcial.


Hubo una vez un hombre, llamémoslo Kuwada. Kuwada había comenzado su entrenamiento en las artes marciales con el deseo de ser temido por todos los hombres.
Pero pronto descubrió que no existían atajos en su camino desde principiante a maestro
Desanimado por el entrenamiento incesante de kata, Kuwada le preguntó a su sensei,
"Cuando aprenderemos alguna otra cosa? He estado aquí bastante tiempo y es kata, kata, kata todos los días."Cuando su sensei no le respondió Kuwada fue donde el asistente del maestro y le hizo la misma pregunta.
Este le respondió: "El entrenamiento de kata es para pulir la mente. Es mejor rasurar tu mente que tu cabeza. Entiendes?"Kuwada no entendió y en protesta dejó el dojo, embarcándose en una notoria carrera como el mejor luchador callejero en Shuri. Era duro, sin duda.
"Una pelea por noche", era su dicho, siempre alardeaba "no le temo a ningún hombre viviente."
Una noche, Kuwada vio a un extraño caminando calmadamente siguiendo una pared de rocas.
Kuwada se irritó al ver tal compostura en otra persona. Corrió rápidamente al cruce de camino y esperó a que pasara el hombre.Cuando lo hizo, Kuwada   saltó y le tiró un golpe de puño, pero el hombre esquivó el golpe y le tomó el brazo.
A medida que tiraba a Kuwada hacia   él, lo miraba fijamente a los ojos. Kuwada trató de zafarse, pero no pudo.
Por primera vez en su vida Kuwada sintió   una sensación extraña, miedo a la derrota. 
Cuando el hombre lo soltó, Kuwada corrió, pero miró por sobre su hombro   para ver al hombre caminando calmadamente como si nada hubiese sucedido. Kuwada averiguó posteriormente  que aquel hombre era un maestro de kata, un artista marcial que nunca en su vida había peleado.

Aquel que se domina a sí mismo es el más grandioso de los guerreros. Esta es la cosa más obvia para un maestro en las artes marciales.

1 comentario:

  1. Es cierto, lo que comenta esta historia sobre todo se ve en la cultura occidental, generalmente muchos alumnos que comienzan un ciclo de aprendizaje en el arte marcial que sea, cuando empiezan a ver o practicar siempre los mismos movimientos es como que ya se aburren porque no hay golpes ni patadas ni combates como en las peliculas de acción, todo eso hace que dejen su aprendizaje buscando deportes mas agresivos en los que no haya tantos movimientos, sino golpes mas directos aunque como se suele decir (no por correr más vas a llegar antes) como bien dice mi maestro si no se tiene una buena base,siempre habra alguien que si la tenga y sin siquiera esfuerzo podra destrozar el trabajo de alguien que se supone tiene un gran nivel .
    Esta es una historia que da que pensar sobre todo para los aprendices ,como yo , porque muchas veces es cierto que uno mismo se desanima como en la historia pensando " siempre lo mismo " pero con el tiempo uno poco a poco se va dando cuenta de el porque de tanta repeticion de movimientos y posiciones que uno al principio no controla pero que con constancia va entendiendo.

    UNA HISTORIA BUENA TANTO PARA LOS PRINCIPIANTES COMO PARA LOS QUE YA LLEVAN PRACTICANDO ARTES MARCIALES DESDE HACE TIEMPO.

    ResponderEliminar