martes, 12 de julio de 2011

A Sensei Miyazawa Parte 2


La experiencia marcial

Cuando Steven Seagal muestra la validez del Aikido en combate y Jeff Speakman expone cómo el Kenpo lo convirtión en el “arma perfecta”, en Argentina vive un maestro de singulares cualidades. Se llama Kenzo Miyazawa y fue el introductor de ambas disciplinas en el país y actualmente es la más alta autoridad en actividad en ambas especialidades. Golpes, saltos, palancas, lances y armas tradicionales forman parte de la enseñanza que imparte precisamente desde que llegara a estas playas.

Hoy en día en las artes marciales está muy en boga practicar múltiples estilos. Pero también es sabido que quienes generalmente optan por ese camino no llegan demasiado lejos. Da la impresión que se requieren muchos años para lograr una base y así poder desarrollar habilidades y sutilezas propias del estilo. Y después-sin abandonar el previo- dedicarse a aprender otro compatible y complementario del anterior. Entonces vale la pena conocer a alguien que sí l haya logrado. Vale la pena conocer a Kenzo Miyazawa.
Hombre de actitud distante, parco hasta que revela cordialidad y simpatía en el trato. De estatura mediana para su origen japonés, se mantiene vigoroso por la constante práctica. Poco afecto a figurar en exhibiciones, torneos y eventos que reúnan a personajes del ambiente de las artes marciales, es sin embargo, por quienes se iniciaron a fines de los 60 y principios de los 70.
Además de hacer conocer el singularísimo Aikido, Miyazawa fue quien irrumpió hace más de una década con un nuevo término: Kenpo. Como en sus tiempos fuera el Kung Fu y luego el Ninjutsu, hoy es el arte que llama la atención de muchos practicantes. Es por eso que Yudo Karate decidió entrevistar al máximo exponente local.

La verdad de una disciplina

Nos dirigimos al mismo lugar que ocupó todos estos años, el Miyazawa Dojo, sede de la Asociación Argentina de Aikido y la Asociación Argentina Taidokai Kenpo. Ubicada en una zona residencial, excepto por un letrero de madera, el visitante encuentra una casa particular, en lugar de la tradicional imagen de “gimnasio central”.
Pasando el portón, en el fondo de la casa, varios alumnos realizan en pareja o individualmente, distintos movimientos de defensa sobre un tatami. En las paredes, cuelgan los bokuto, “jo”, tambo y tanto para la práctica con armas tradicionales. Del otro lado, un ventanal muestra un jardín donde un hombre de rasgos orientales, riega pacientemente las plantas. Es Miyazawa.
–¿Cómo fueron sus comienzos en las artes marciales?
  • Fue hacia 1948, en Tokio, con grupo de profesores que habían regresado de la guerra en China. Los principales se llamaban Yamada y Susuki. Tenía cerca de 11 años y estábamos en un parque junto con unos amigos jugando al béisbol. Dos o tres muchachos más grandes que nosotros (andaban por los 25) se acercaban frecuentemente a mirar. Un día los invitamos a participar. Ex -soldados que estudiaban en la universidad. Al tiempo me enteré que eran practicantes de judo y que cuando estuvieron en China, aprendieron disciplinas marciales de aquel país, entre ellas lo que llamaban Kenpo Karate ( o en chino Chuanfa Tang Shou o “sistema de boxeo de la mano china). Así fue como empecé a practicar con ellos en un templo al aire libre. Un lugar con árboles y mucha tranquilidad para trabajar.
– ¿Cúal es el estilo que practicaban?
  • No tenía nombre, sólo era Kenpo. La modalidad la marcaba cada profesor. Alguno le puso su nombre al estilo, pero a nadie le importaba. Las formas se enseñaban desordenadamente y no había un sistema. Eran técnicas sueltas aunque las íbamos aprendiendo de a poco. Más tarde tuve que desarrollar un método ordenado.
– ¿Cúanto tiempo practicó con ellos?
  • Alrededor de seis años hasta que se fueron.
– ¿Supo quienes habían sido sus maestros en China?
  • No tuvieron uno en particular, sino que aprendieron de muchos según los distintos lugares por donde pasaron. Lo mismo pasó con otros practicantes como So Doshin, líder del Shorinji Kenpo.
– ¿Y cúal considera es la razón por la que distintos estilos de Kenpo tienen un tipo de movimiento en común, distinto al característico de las artes marciales chinas?
  • Es verdad, no sólo cambió el nombre. Pero algunos mantuvieron el movimiento más cercano al original. En Japón existen miles de escuelas de Kenpo, algunas con movimientos muy circulares y amplios… “muy chinas”.

Kenpo y Aikido

 

Con parsimonia, cuenta cómo llegó a conocer las demás disciplinas que practicó. Es un gusto escucharlo. Mi padre era esgrimista y practicó Kendo cuando era chico. Luego vino el Kenpo y el Karate, alrededor de los 18 o 19 años. Como dijo sucedió que los instructores de Kenpo se iban yendo y yo quería seguir practicando. Durante un par de años seguí con el Karate con M. Nakayama, como jefe de profesores. Aquí en Argentina conocía a Maya .
– ¿Cómo compatibilizó las técnicas del Kenpo con las de Karate?
  • Cuando practicaba trataba de aprenderlo bien y me gustaba. De todos modos, por mi cuenta seguí con el Kenpo.

– ¿Incorporó movimientos o principios del Karate al sistema de Taidokai Kenpo que usted enseña?

  • No. El Kenpo es más “redondo” y suave como el boxeo. Está basado en el giro constante, en el uso de la cadera. Nunca choca, siempre esquiva. Se practican caídas, lances y palancas. Buscamos velocidad y relajación. Por cada golpe del otro el Kenpo debe poder ejecutar tres. El Karate es más directo. A mi criterio el Kenpo tiene más “estilo”. Al Karate lo veo un poco rígido que puede no resultar beneficioso para la salud cuando se es una persona mayor. En eso el Kenpo es mejor. Y el Aikido mucho más. Puede practicarse solo, con técnicas de respiración y mejorando con la edad. Sin embargo, valoro mucho al Karate porque me sirvió como experiencia.
– ¿ Y el Aikido?


  • Lo practico desde los 21 años hasta que llegué a la Argentina en 1964, a los 27 años, de lunes a viernes, cada día con un profesor distinto, entre los que estaba “Waka sensei” (el profesor joven, actual Doshu)Kishomaru Ueshiba, hijo de Morihei, fundador de la disciplina y a quien tuve la suerte de conocer.
– ¿Qué pasó después?
  • Una vez aquí comencé a enseñar Aikido mientras hacía Kenpo a solas. Ocasionalmente enseñé Karate en Kumazawa, cuando faltaba algún profesor, aunque no tenía graduación. En realidad, en Kenpo tampoco la hay, sino que es una forma de organizar a los alumnos. Después vino a buscarme Itaya para organizar torneos. También por estos tiempos, practicaba con el profesor Tsuchya cuyo estilo era muy distinto. Después seguí con Itaya. Además de enseñar, arbitraba campeonatos, hasta que murió, momento en que abrí del Karate.
– ¿Por qué?
  • Estaba con él porque era mi amigo, pero luego todo comenzó a girar en torno a la competición. Mi relación era de compañeros y yo les mostraba un poco de Kenpo después de su clase, junto con Higa y García Maañón. Al dejar el Karate empecé a enseñar Kenpo de manera más ordenada. También incorporé el Aikido. Desde entonces enseñé ambas disciplinas, manteniéndolas separadas. No es bueno mezclarlas, aunque el fin es el mismo, los caminos son distintos.
– ¿Qué fue lo que le llamó la atención del Aikido cuando ya tenía idea de combate, tanto por Kenpo como por el Karate?
  • En principio, la falta de competición. Nunca me gustó porque habiendo aprendido desde joven un estilo con tanta riqueza técnica, me molestaba que me dijeran…”esto no vale, aquello no se puede”. Sin embargo, era joven y en la calle era otra cosa.
– ¿Y que hay de las técnicas de makiwara y rotura?
  • Si bien no las practiqué de adolescente, golpear makiwara y romper tejas, no tiene sentido. Estas no contratacan, pero impactar constantemente el cuerpo contra objetos duros, provoca repercusiones en el cerebro. De tener que golpear algo, prefiero que sea una bolsa.

Un arte particular
Estaba buscando algo nuevo que aprender y encontré el Aikido. “Vino un amigo-cuenta- y me dijo que había descubierto algo nuevo llamado de esa forma. Fui al dojo y encontré practicantes arrojándose fuertemente por el aire, unos a otros. Al día siguiente corrí a inscribirme.
¿Por qué el Kenpo no se ha difundido tanto como el Aikido?
  • Debe ser porque para mi siempre fue algo secundario. No puedo decir que no me guste más uno que el otro, pero el Aikido es más profundo. Puede ser también que cuando aprendí Kenpo era muy chico y bastante maduro al encontrarme con el Aikido, que además tiene mucha filosofía.
En el combate callejero, un aikidoka que nunca haya ejecutado golpes, que no está minimamente acostumbrado a recibirlos, ¿puede ser efectivo?
  • Sí, lleva más tiempo que otras artes marciales, pero puede ser muy efectivo. Si ha practicado bien, funciona. Una ventaja del Aikido es que aleja lo negativo. La gente tiendo a no atacar al aikidoka
¿Y qué hay del ki? ¿Ud. lo ha experimentado?
  • Sí, existe y se lo puede manejar. Para aprender hacerlo hay ejercicios para su desarrollo y control. En realidad, estos también existen en Kenpo, pero no se enseñan. Lo muestro como defensa. El Taidokai es el nombre del ordenamiento que hice de lo aprendido en el Japón, alrededor de 50 katas diferentes de las que seleccioné y ordené las que practicamos acá.
¿Cuántas son?
  • Tenemos siete katas básicos , de los cuales muchos son practicados de a dos, hacia derecha e izquierda. Fui agregando y quitando formas a través de los años, aunque no inventadas por mi, solo las reordeno.
¿Por ejemplo?
  • Dado que mis instructores aprendieron de muchos profesores, las formas tienen distintas características. Como trato que todo aquello que practicamos mantenga el mismo estilo, suprimí algunas por ser muy duras (como Karate) y otras por muy blandas (Kung Fu). Hay cortas y muy largas. Hasta el momento llegamos a doce, aunque la idea es completar 21.
¿Qué buscan con sus katas?
  • La potencia necesaria, no la máxima. En Karate, un golpe mata,; en Kenpo, diez desequilibran. Es un estilo cuya técnica va cambiando y siempre asentado en lo que aprendí.
¿De dónde salen las técnicas de armas que enseña a sus alumnos?
  • En Kenpo aprendí tanbo (palo corto) aunque enseño aikido-jo (bastón de Aikido) y aikiken (sable de Aikido); además de iaido-do (ténica de desenvainado con el sable verdadero).
¿Y dónde aprendió el Iai-do ¿
  • Aprendí el Katori Shinto Ryu en Chiba, que es la zona donde nací y es muy fuerte esa escuela. Me lo enseñó mi padre y un amigo suyo que era décimo dan de Kendo. En ese momento no era tan deportivo y se practicaba con bokken (bokuto, sable de madera), shinai (sable de bambú, conel que se compite) y katana (sable verdadero) para Iai.
Con respeto y cortesía, Miyazawa se levantó. La entrevista había concluido. Un alumno nos acompañó hasta el portón de salida, mientras el introductor del Aikido y Kenpo en la Argentina, continuó regando las plantas de su jardín…parsimonionsamente.

Manuel E. Adrogué

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